jueves, 18 de diciembre de 2014

Monólogo de "El Avaro" de Molière

El Avaro (L'Avare) es una de las obras más conocidas de Jean-Baptiste Poquelin, conocido universalmente como Molière. Se estrenó en el Teatro del Palacio Real de París en septiembre de 1668. Este monólogo del rico y avaro Harpagón tiene el tamaño ideal para aprendérselo y ejercitarlo solo o en compañía.

El Avaro.
Acto Cuarto. Escena VII.

HARPAGÓN.‐ (Gritando desde el jardín y sin sombrero)
¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡Al asesino! ¡Al criminal! ¡Justicia, justo cielo! ¡Estoy perdido! ¡Asesinado! ¡Me han cortado el cuello! ¡Me han robado mi dinero! ¿Quién habrá podido ser? ¿Dónde habrá ido a parar? ¿Dónde está? ¿Dónde se esconde? ¿Cómo haré para encontrarlo? ¿Adónde ir…? ¿Adónde no ir…? ¿No está ahí? ¿Quién va…? ¡Detente! ¡Devuélveme mi dinero, bandido…! (A sí mismo, agarrándose el brazo.) ¡Ah, soy yo! Mi espíritu está trastornado; no sé dónde me encuentro, ni quién soy, ni lo que hago. ¡Ay! ¡Mi pobre dinero! ¡Mi más querido amigo! Al privarme de ti, al arrebatárteme, he perdido mi sostén, mi consuelo, mi alegría; se ha acabado todo para mí, y ya no tengo nada que hacer en el mundo. Sin ti, me es imposible vivir. Se acabó, no puedo más; me muero… Estoy muerto; estoy enterrado… ¿No hay nadie que quiera resucitarme, devolviéndomelo, o diciéndome quién me lo ha robado? ¡Eh! ¿Qué decís?
No hay nadie. Quizá el autor del golpe habrá acechado el momento con mucho cuidado, y ha escogido precisamente el momento que yo hablaba con el traidor de mi hijo… Salgamos. Voy a buscar a la justicia, y haré que den tormento a todos los de mi casa; a sirvientas, a criadas, al hijo, a la hija, y, si es preciso, también a mí. ¡Cuánta gente reunida! No pongo la vista en nadie que no despierte mis sospechas, y todos me parecen el ladrón. ¡Eh! ¿De qué se habla ahí? ¿Del que me ha robado? ¿Qué ruido hacen arriba? ¿Está ahí el ladrón? Por favor, si alguien sabe noticias de mi ladrón, suplico que me informen. ¿No está escondido entre vosotros? Todos me miran y se ríen. Ya veréis como tomaron parte ,a no dudarlo, en el robo de que he sido víctima. ¡A mí comisario, alguaciles, prebostes, jueces, tormentos, horcas, verdugos…! Quiero colgar a todo el mundo, y si no encuentro mi dinero, me ahorcaré yo después…

No hay comentarios:

Publicar un comentario